Cuando empecé a escribir, las historias que venían a la cabeza siempre eran juveniles, género en el que me siento muy cómoda. Sin embargo, poco a poco se fue fraguando ese gusanillo que me invitaba a escribir escenas un poco más picantes, más románticas. ¿Sabes a lo que me refiero?
Uno de esos días, descubrí un concurso de relato erótico y, a pesar de que nunca lo había hecho, quise probar si era capaz de hacerlo. Y me gustó tanto la experiencia, y los ánimos de las personas que me escribieron, que fueron naciendo poco a poco novelas de esos géneros.
Con el paso del tiempo, mi pluma ha ido evolucionando y no he querido quedarme estancada en un género, más que nada porque hay historias que no encajaban en él, pero que deseaba escribir. Por eso, hoy me siento orgullosa de ser una escritora capaz de escribir distintos géneros y de hacerlo lo mejor que sé.
Actualmente colaboro en SomosLibros y en Obras de teatro cortas