Dicen que en esta página hay que hablar de uno mismo. Es decir, de mí como Kayla Leiz, autora romántica, erótica y new adult.
Pero como no me gusta, y para echarme flores ya tengo un jardín, mejor te cuento una historia.
Hace unos cuantos años (no voy a decir cuántos), estudiaba el último curso de E.G.B. Lo que ahora podríamos decir que es 2º de Secundaria. Todavía no tenía claro que iba a usar Kayla Leiz como seudónimo.
En esa época, era muy famosa la serie La familia crece, un anime (Marmalade Boy) que echaban en TVE2 por la tarde.
Cuando se acabó, nos quedamos con ganas de más. Y un día que no vino el profesor, para pasar el tiempo, empecé a escribir algo.
Mi compañera lo iba leyendo conforme lo escribía, y llegó un punto en que tenía su nariz pegada a mi libreta.
Al acabarse la clase, me animó a seguir escribiendo, porque le gustaba lo que había “leído” (espiado).
Así que al día siguiente le llevé un poco más. Lo leyó, me devolvió la libreta y me preguntó:
-¿Mañana más?
En cuestión de una semana, la libreta desaparecía de mis manos a las 9 de la mañana y aparecía a las 2 de la tarde, cuando toda la clase había leído el nuevo capítulo.
¡Y cuidado con el día que no les llevaba nada! ¡O si en el fin de semana no había escrito por lo menos dos!
Pero lo mejor de todo no era que me leyeran.
Era que mantenía vivos a los personajes en mi mente.

¿Y por qué te digo esto?
Seguro que ahora mismo te lo estás preguntando. A lo mejor has dejado de leer en un momento dato y le has dado a la rueda del ratón por ver si hay algo interesante.
Que una autora romántica tenga a sus personajes en la cabeza logra…
- Ser una lectora. Yo solo soy el instrumento que escribe la historia que me narran. De esa manera, sé todos los sentimientos que produce cada capítulo, cada página, cada párrafo, cada frase, cada palabra.
- Estar rodeada de personajes a los que te resistes dejar. Y por eso alargaba más ponerme con el último capítulo.
- Disfrutar como la que más escribiendo e imaginando en tu mente esas escenas. Reírte sola, llorar o chillar de frustración son situaciones habituales en mi casa.
Como Kayla Leiz vivo mis novelas eróticas, románticas y new adult igual que cuando las lees tú
Solo que yo tardo bastante más en escribir las historias que tú en leerlas
Y esto es algo que les pasa a muchas escritoras de romántica. A muchas autoras de narrativa, de new adult, a autoras eróticas. Para nosotras tener a los personajes durante meses nos hace encariñarnos con ellos.
Por eso, cuando sacamos una novela al mercado, queremos que sea leída, que nos comenten si, como nosotras, también han conectado con los personajes.
Así que, si te preguntas cómo es Kayla Leiz, te puedo decir que:
- Soy una persona como tú, no tengo millones en la cuenta ni vivo a “tutiplen”.
- Me gusta escribir. ¡Adoro escribir! Pero no puedo hacerlo siempre, por lo que cuando cierro la puerta y dejo que mis personajes se liberen, ese momento es especial.
- Y, como protectora de esos personajes, solo quiero que, cuando sus libros salen, otros lectores los amen tanto como yo.
Por mi mente pasan novelas eróticas, románticas, narrativa, novelas juveniles… e intento que todas ellas sean sencillas de leer pero que, entre sus páginas, haya un ‘hechizo’ que te impida dejar de leerlas o no empatizar con los personajes.